Así como la postura del cuerpo revela rasgos de la forma de ser y estados emocionales, sus modificaciones pueden llegar a favorecer, a su vez, cambios en el autoconcepto y autoestima.

Como influye nuestra postura corporal en nuestra forma de ser y autoestima 1 - Cómo influye nuestra postura corporal en nuestra forma de ser y autoestima

Los pensamientos negativos unidos a una muy mala postura aumentan la confianza en esta creencia y conllevan una evaluación negativa de uno mismo. Por el contrario, tener pensamientos negativos cuando se mantiene una postura conveniente implica, en su mayor parte, una evaluación general favorable, ya que la posición rebaja la validez percibida de las limitaciones.

Absolutamente todos podemos transformar nuestra postura si tomamos conciencia de que no nos favorece y deseamos el cambio. Ese puede llevarse a cabo por tres vías, la de la mentalidad, la del cuerpo y la de la conducta. Desde la mentalidad, revisando nuestro sistema de creencias y forma de vincularnos. Desde el cuerpo, por medio de un trabajo del cuerpo consciente que nos ayude a conectarnos con nuestras emociones. Desde la conducta, poniendo en acto la voluntad de cambio.

La postura de una persona puede variar a lo largo de su vida si ésta realiza un proceso de desarrollo personal y se entra en contacto con eso que precisa cambiar para conseguir una superior plenitud. El primer paso se trata de prestar atención sin tratar de efectuar modificaciones. Una vez que uno descubre eso que precisa cambiar para estar mejor no es simple permanecer pasivo, más esta instancia es sumamente fundamental en el proceso de transformación, ya que el movimiento interno y su retención voluntaria le dan energía al motor del cambio a fin de que éste se produzca.

Lo que reflejan algunas posturas corporales

Cabeza y cuello adelantados: Da prioridad al plano mental o de las ideas. Preferencia a proyectar y fantasear. Se adelanta a los acontecimientos, estilo visionario. Puede ser índice de poseer un bajo registro de las necesidades fundamentales y asimismo ciertas contrariedades en el momento de volver tangibles sus fantasías o proyectos.

Cabeza hundida dentro del tronco: No puede sacar afuera sus ideas, proyectos e imágenes. Contrariedades en la comunicación con los otros. Preferencia a poner afuera la causa de los contrariedades.

Tronco curvado en dirección a delante y hombros proyectados en dirección a delante y con destino a abajo: Es la típica postura del agobio, la sobrecarga, el abatimiento, la desesperanza y la culpa. Contrariedades para la acción, la autoexpresión y la autorrealización. Preferencia a hacerse cargo de los deseos y necesidades de los otros. Inclinación a la melancolía y a experimentar sentimientos de culpa.

Tronco proyectado con amplitud, esternón elevado, hombros relajados: Denota entusiasmo, preferencia a la impulsividad, alegría, empuje. Sociable y con capacidad de acción.

Tronco proyectado en dirección a delante, esternón elevado, hombros con destino a atrás: Temor o preferencia a sentirse perseguido. No va de manera entusiasta al hallo de algo sino que huye de alguna cosa.

Abdomen proyectado con destino a fuera: Sensible y emocional, con capacidad empática. Puede ser vulnerable y dependiente en las relaciones con los otros. Adaptable, tratará de complacer al otro. Proclive al desborde emocional y a la melancolía.

Pelvis en anteroversión: Contrariedades para concretar logros y conseguir placer. Actitud defensiva ante la vida. Probables problemáticas sexuales y de contacto con el otro.

Pelvis en retroversión, abdomen retraído: Prioriza aspectos instintivos y de supervivencia. Esconde sus emociones y tiene contrariedad para contactarse con lo que está sintiendo. Estilo retentivo en absolutamente todos los planos. Apego. Contrariedad para los cambios.

Rodillas estiradas: Inseguridad, pavor al derrumbe. Contrariedad para aceptar la diversidad, incorporar nuevas ideas o modos de resolver dificultades. Escasa capacidad empática.

Rodillas semi-flexionadas: Dependencia. Poquita capacidad para sostener al otro y igualmente para conservar las propias ideas, las que tienden a acomodarse a la preferencia general.

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