El Yoga se considera una práctica milenaria capaz de conectar las tres formas esenciales de nuestro ser: alma, cuerpo y mente. Hoy en día, estas posturas son enseñadas y utilizadas en todas partes del mundo como alternativa al ejercicio. También, con motivos terapéuticos y de relajación.

Por medio de esta práctica se busca principalmente un desarrollo profundo del individuo en el plano físico y espiritual, resultando en la armonía de ambos. La combinación de posturas con ejercicios de respiración, logran la alineación perfecta del cuerpo.

Tipos de Yoga

Como toda práctica, existe un punto de partida el cual puede ramificarse en disciplinas para ejercitar o desarrollar habilidades específicas. Entre los tipos de Yoga, tenemos:

  • Vinyasa: movimientos a un ritmo más rápido y fluidos, esta es la alternativa para ejercitar el cuerpo completo.

  • Bikram o Yoga con calor: trata de una serie de 26 posiciones que deben repetirse por 90 minutos en una habitación calurosa. Esta es la práctica más intensa y se realiza para purificar y soltar los músculos a través del calor.

  • Hatha: se centra en las respiraciones y posturas para equilibrar las energías internas.

  • Ashtanga: se centra en 6 posturas repetitivas, exigentes y complicadas, las cuales deben perfeccionarse.

  • Kundalini: está enfocado en la energía y la respiración entre posturas. Se trata de liberar la energía localizada en el centro del cuerpo mediante la conexión de lo físico y espiritual.

Beneficios del Yoga para la salud

  • 10 minutos de Yoga al día te permiten renovar la energía del cuerpo.

  • Alinea los huesos y articulaciones, devolviendo la curvatura natural a la columna.

  • Aumenta la flexibilidad y fortalece los músculos y tendones.

  • Libera la mente y permite un mejor estado de concentración y paz interna.

  • Mejora la coordinación motora.

  • Ayuda a reducir el estrés, ansiedad y depresión.

  • Reduce el insomnio y favorece un metabolismo natural.

Ejercicios básicos y fundamentales en una rutina de Yoga

Postura del perro: es una de las más populares y sencillas para iniciar en el Yoga. Se toma como postura de transición y descanso.

Postura del guerrero: tiene tres variantes, todas ayudan al fortalecimiento de los grupos musculares y a la alineación de la columna.

Postura de loto: la más importante en la meditación. Alinea y mejora la flexibilidad de la mitad inferior del cuerpo, además de ayudar a la concentración.

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